lunes, 3 de septiembre de 2012


EL LLANTO EN LAS TINIEBLAS

UNO

La madrugada Balmes conoció a Libia María en el puerto sacudió un temblor, el velador en vez de anunciar la hora invoco al santo patrono de los patronos de os temblores Balmes se echo encima de la capa de vuelta y media abandono el bodegón los parroquianos los despidieron con las copas en alto. Decidió dar un rodeo por el muelle se interno por la parte más pestilente del mercado por las madrugadas era guarida de vagabundos, traficantes hasta leprosos que solían treparse de la piernas de los caminantes cruzo el sector de lo baratillos donde un pordiosero amenazo con soltar a los perros si no le lanzaba una limosna. Se pego a la pared para confundirse con las sombras y observarlas sin haber visto, todas las mujeres vestían trajes baratos y tenían el cabello suelto Balmes se estremeció con la certidumbre le había ofrecido llevarlo a conocerlas al terminar la velada las mujeres se apartaban Baldes jamás intento acercarse a las mujeres estuvo esperando que el grupo de mujeres se disgregara que se retirasen con los clientes después todas seguían en su lugar el velador anunciaba una novenario cansado de esperar Balmes considero la posibilidad de desandar lo avanzado y enfrentar a los vecinos Balmes cruzo las dos puntas de la capa las mujeres reconquistaban su emplazamiento lo único que hizo es estar dentro de la capa. Cuando tomo conciencia de la situación y sus voces alarmantes se confundían con sus latidos aterrados Balmes se agacho a recogerla el barullo de las mujeres se convirtió en el movimiento de repliegue Balmes pudo contemplar la purpura de la hora la mujer era alta perfecta de unos enormes ojos oscuros y sus manos blancas que alumbraban la oscuridad. Cuando llego a su habitación, cerró la puerta la mujer no supo cuanto tiempo estuvo ahí agonizando en las tinieblas la humedad de las paredes, el llanto, la miseria que sentía por sí mismo.

LA MADRUGADA Siguiente grisácea lo encontró despierto en su cama aun pensando en ella las campanas de la iglesia de San Andrés anunciaron las diez de la mañana y Balmes puso a hervir un tazón con agua se levanto del medio cuerpo preparo una tisana después que se hubiera enfriado. Dejo todo el esplendor del carruaje se decía que tenía un vínculo con el propio monarca detrás venían las carretas todo terminaba con una corte de esclavos el silencio de los habitantes contemplaban ambos lados del camino el mercado volvió hacer el mismo los monjes hablaban todos los idiomas.  Al ver el puente de la bahía Balmes volvió a recordarse de ella entendió que algo irremediable había empezado. A l medio día Balmes abrió su puerta dispuesto a comer volvió a sentir la presencia de la muchacha religiosamente abandonaba el edificio cuando llego la hora se echó la capa sobre la cabeza a la altura de la plaza empezó a lloviznar y el aire se lleno de olor a tierra mojada Balmes siguió hacia el muelle se situó en unos de los ángulos menos iluminados  por primera vez tuvo varias notas alteradas porque todo lo que hacía es seguir pensando en ella terminaba la velada Balmes escondía el instrumento bajo la capa guardo dentro del estuche el local desbordaba en botellazos rotos llego el comendador de las inquisiciones Herrerillo desvio la mirada hacia la neblina del muelle Balmes dijo que sus bienes serian confiscados Balmes no pudo apartar de la cabeza el acuerdo de la muchacha Ligia María la ramera de las callejeas coloco las calderillas de cordón sobre la mesa haciéndole pensar en un viaje sin retorno.

 

DESPERTO Angustiado cuando el velador anunciaba el medio día cogió el libro de turno que le había prestado a Herminio Bisbal llego con la cara pulcra del almuerzo se cambio con la ordenanza del cabildo para llegar al hospicio del puerto sin conflictos con los tribunales afortunadamente estaban tranquilas a esa hora por unas cuantas damas que se desplazaban por las veredas dejando un ojo al descubierto Balmes seguía acarreando a las autoridades des siglos antes a las mujeres se les cedía a las tentaciones del adulterio un concilio arzobispal amenazo con la excomunión se dividió en bandos Teresa Hurtado de Mendoza salió a las calles intentaron desterrar la tradición los funcionarios atacaban los mandatos de ese modo habían llegado a convertirse en atractivo de la colonia y de comida criolla y su vestido nacional Balmes llego al hospicio había absorbido siglos de moribundos las covachas repletas parecían las de un mercado Balmes se reunió con músicos media hora después las novicias impusieron luego buscaron unos tragos Balmes no los acompaño estuvo deambulando por los almacenes cuando volvía a la pensión encontró a una mujer misteriosa en la puerta de la iglesia que le cerró el paso la migración gitana databa de la misma época cientos de gitanos arribaron al puerto y condenaron a los lideres y los pocos que sobrevivieron se refugiaron en las defensas subterráneas Balmes no opuso resistencia hacia los túneles los gitanos Vivian por su desgracia la mujer le pidió que le mostrara las palmas de su mano la adivinadora se concentro Balmes reparo en su melena la adivinadora dudo de Balmes cuando recogía la cornamusa sintió la presencia de la mujer le devolvió la sonrisa termino recoger el instrumento se despidió de la adivinadora.

LUNES La tierra volvió a sacudirse los pregoneros nocturnos empezaban su labor los temblores no eran extraños cada vez que se presentaban uno las campanas de la iglesia empezaban a tocar y la vendedoras cambiaban sus tinajas por agua serena las imágenes religiosas eran paseadas por el puerto se cubrían el rostro con ceniza las mujeres vestían elegantes atuendos  el terror crecía se representaban temblores sucesivos desde entonces estaba prohibido las construcciones de más de dos pisos la suciedad contribuía al problema la gente caminaba de las materias se decía que los cielos se cerraban hasta que surgían plagas Balmes abandono el bodegón porque el temblor de aquella noche no se asemejaba tomo el largo desvio que llegaba al barrio de la tolerancia volvió a ver a Ligia María estaba pálida siguió observándola regreso a su guarida cuando la vio marcharse.

 

EL FIN de semana la gente que no sintió a la lectura de las dominicas corrió a los muelles a ver el desembarque de los esclavos, Balmes aprovecho las calles silenciosas desguarnecidas para visitar la universidad al pasar los muelles alcanzo ver las velas del barco, entre ellos había un adolescente cargados de cadenas. Balmes siguió de largo pensando en los horrores de la esclavitud luego su pensamiento volvió a Ligia María, los edificios del virreinato estaba iluminado camino unas cuadras pegado a las alturas murallas de Santiago de Cercado, por un momento tuvo el impulso de pasear por el portal de botoneros admirando las obras de textileria cada vez que entraba en ese edificio se sentía libre imaginando su belleza arquitectónica. En la primera construcción estaba el huerto principal, en el segundo pabellón se hallaba el estanque, finalmente en la última etapa se encontraba la residencia de la sociedad docente. Los pasos de Balmes  resonaron de los corredores rumbo al dormitorio Balmes golpeo la puerta para saludar Herminio Bisbal. Estableció en el virreina fue alumno del esclarecido medico don Francisco y Roldan comenzó ejerciendo en los monasterios de pobres, sus métodos desarrollados durante el largo viaje consistían en colorear al enfermo con diferentes tonalidades. Herminio Bisbal fue invitado a integrarse como investigador en la academia médica. Tenía pocos amigos  sobre todo los alumnos que le respetaban Baldes toco el heliconio en lugar de la cornamusa deslumbrando con su virtuosismo el motivo de esa visita era la restitución del libro Balmes había devorado el último fin de semana  Baldes dijo liquidar el tema y lo hizo con resignada expresión de quien pierde una partida de tablero Balmes espero un poco caminando con extrema lentitud mientras veía en el agua de la fuente el vuelo alto de unas aves luego quedo escanciado frente a cientos de libros supuso que la vedada habitación que surgía ante sus ojos. Balmes lo sostuvo con una sola mano y lo miro desde todos los ángulos  luego se volvió cegado por el torrente de luz del ventanal.

ERA CONCIENTE de que su existencia literalmente dependía de la cornamusa embozado bajo la capa había previsto dejarlo tal como se lo pedía. En el camino el ciego le conto que se llamaba Lizardo Valera insistentemente Lizardo se obstino en que Baldes conociera su hogar pero el verdadero patrimonio de la casa estaba en la galería de los instrumentos cuando Baldes entro a conocerla sostenía el mismo una palmatoria cada instrumento pegado a la pared en el fondo había algo oculto entre sombras. Al día siguiente se presentó en la casa del ciego no podía concebirse un hombre más diestro en la música, el anciano le demostraba las técnicas de ejecución liego se despidieron con una taza de chocolate Balmes no se conformaba con el horario de clases. Los monjes que eran los mismos que mendigaban en los mercados se encontró con Baldes luego Baldes no entendió el comportamiento del anciano. Desde entonces adquirió el habito de soplar cada tarde la cornamusa así paso varios días memorizando sus versos luego salió en busca de Ligia María.

SABIA que le encontraría en el puente la insurrección de su pecho iba en aumento a cada nuevo paso, oculto en su esquina espero a Ligia maría ella iba sola Baldes la abordo torpemente. Ella siguió mirándolo durante un rato con la misma expresión con que se mira el océano Balmes le mostro unas calderillas en la palma de su mano Ligia María había comenzado hablar incesantemente. Pero Balmes no lograba componer la frases a pesar de sus esfuerzos Ligia maría fue directamente a transar con el hombre de turbante, cuando Baldes ingreso a la habitación se encontró perdido en una dimensión pero Balmes no se movía se mantenía alerta Ligia María lo miraba extraña Balmes continuo en su lugar se estremeció con la visión provocada. Pero Ligia María se adelantó hacia el Balmes oía palpitar con violencia las venas de su cuello Ligia María se apartó de El Balmes acciono de pronto, devolvió el capuchón a su lugar y abandono la habitación.

DOS

LA NOTICIA tuvo mayor efecto que si hubiese sobrevenido un naufragio, el barco más de carga que de pasajeros había partido de Venecia quince días antes, todo buscaban nuevos horizontes en las colonias americanas dos días después se declaró oficialmente la epidemia y se supo que muchos se lanzaron al mar tratando de huir. Desesperado el medico del barco agoto todos los medicamentos disponibles en el dispensario, una semana después en esas espantosas condiciones el barco alcanzo Veracruz lo único que pudieron hacer por los enfermos fue abastecerlos con actuarios la travesía fue desde entonces más angustiosa, una cuadrilla de barchilones y rapabarbas antes de quemar el barco unos agentes revisaron encontró niños de pocos años un hombre y una mujer, los pequeños hermanos fueron hospitalizados mientras los tribunales resolvían el caso. Pronto las oficinas del registro se olvidaron de los niños, amparados en la sombra los niños aprendieron a depender uno del otro, desde el momento en que vieron a sus padres se lanzaron por la borda del barco la niña se levantó con calma vistió a su hermano, doblo sus pocas pertenencias el hombre que vestía leonas de chicote y capa segoviana. A la niña no se le había visto llorar hasta ese momento una hora después entraban a una construcción ventilada, cuando la niña llego las internas del instituto eran veinte. El hombre la llevo hacia el interior y la entrego a las asistentas, mientras las asistentas cumplían con sus deberes, era un hombre en verdad diestro en las inversiones esa mañana se encontraba particularmente contento, por eso después de las nocturnas cantadas por un clérigo renegado. Lo que no le dijo por supuesto fue que estas compañías tenían la costumbre de comprar niños de perpetuar su voz aflautada.

LIGIA MARIA permaneció en el instituto hasta los trece años desde que se hizo cargo de la escuela las sabanas Ligia María había sido la preferida de todos contra las severas admoniciones de la época Ligia María había sido recibida en la biblioteca sus primeras lecturas fueron los libros aprobados por la censura clerical Ligia María se entusiasmó viendo cerca su libertad. En cuanto acabo la tarde las esperaban varios hombres encopetados, impacientes que callaron cuando Ligia María apareció luego dio la orden de quitarse la ropa a medida que se despojaba de la ropa, mostrando sus hombros saludables Ligia María tenía cinco años para aprender a conducirse luego el viudo lo hizo pasar directamente a la alcoba en el instituto bajo los auspicios del antiguo benefactor  Ligio María y el viudo se sentaron en una barbacana basto una señal del viudo para que los músicos desapareciera, amanecieron abrazados en una inmensa cama los esclavos que habían suicidados en la hacienda del viudo Ligia María en la alcoba del señor yacían embriagados en los cobertizos que también se vistió y llorando abandono la casa da Amparo Rigores a la hora en que esta paso a recogerla

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