EL LLANTO EN LAS
TINIEBLAS
UNO
La madrugada Balmes
conoció a Libia María en el puerto sacudió un temblor, el velador en vez de
anunciar la hora invoco al santo patrono de los patronos de os temblores Balmes
se echo encima de la capa de vuelta y media abandono el bodegón los
parroquianos los despidieron con las copas en alto. Decidió dar un rodeo por el
muelle se interno por la parte más pestilente del mercado por las madrugadas
era guarida de vagabundos, traficantes hasta leprosos que solían treparse de la
piernas de los caminantes cruzo el sector de lo baratillos donde un pordiosero
amenazo con soltar a los perros si no le lanzaba una limosna. Se pego a la
pared para confundirse con las sombras y observarlas sin haber visto, todas las
mujeres vestían trajes baratos y tenían el cabello suelto Balmes se estremeció
con la certidumbre le había ofrecido llevarlo a conocerlas al terminar la
velada las mujeres se apartaban Baldes jamás intento acercarse a las mujeres
estuvo esperando que el grupo de mujeres se disgregara que se retirasen con los
clientes después todas seguían en su lugar el velador anunciaba una novenario
cansado de esperar Balmes considero la posibilidad de desandar lo avanzado y
enfrentar a los vecinos Balmes cruzo las dos puntas de la capa las mujeres
reconquistaban su emplazamiento lo único que hizo es estar dentro de la capa.
Cuando tomo conciencia de la situación y sus voces alarmantes se confundían con
sus latidos aterrados Balmes se agacho a recogerla el barullo de las mujeres se
convirtió en el movimiento de repliegue Balmes pudo contemplar la purpura de la
hora la mujer era alta perfecta de unos enormes ojos oscuros y sus manos
blancas que alumbraban la oscuridad. Cuando llego a su habitación, cerró la
puerta la mujer no supo cuanto tiempo estuvo ahí agonizando en las tinieblas la
humedad de las paredes, el llanto, la miseria que sentía por sí mismo.
LA MADRUGADA Siguiente
grisácea lo encontró despierto en su cama aun pensando en ella las campanas de
la iglesia de San Andrés anunciaron las diez de la mañana y Balmes puso a
hervir un tazón con agua se levanto del medio cuerpo preparo una tisana después
que se hubiera enfriado. Dejo todo el esplendor del carruaje se decía que tenía
un vínculo con el propio monarca detrás venían las carretas todo terminaba con
una corte de esclavos el silencio de los habitantes contemplaban ambos lados
del camino el mercado volvió hacer el mismo los monjes hablaban todos los
idiomas. Al ver el puente de la bahía
Balmes volvió a recordarse de ella entendió que algo irremediable había
empezado. A l medio día Balmes abrió su puerta dispuesto a comer volvió a sentir
la presencia de la muchacha religiosamente abandonaba el edificio cuando llego
la hora se echó la capa sobre la cabeza a la altura de la plaza empezó a
lloviznar y el aire se lleno de olor a tierra mojada Balmes siguió hacia el
muelle se situó en unos de los ángulos menos iluminados por primera vez tuvo varias notas alteradas
porque todo lo que hacía es seguir pensando en ella terminaba la velada Balmes
escondía el instrumento bajo la capa guardo dentro del estuche el local
desbordaba en botellazos rotos llego el comendador de las inquisiciones
Herrerillo desvio la mirada hacia la neblina del muelle Balmes dijo que sus
bienes serian confiscados Balmes no pudo apartar de la cabeza el acuerdo de la
muchacha Ligia María la ramera de las callejeas coloco las calderillas de
cordón sobre la mesa haciéndole pensar en un viaje sin retorno.
DESPERTO Angustiado cuando el velador anunciaba el medio día
cogió el libro de turno que le había prestado a Herminio Bisbal llego con la cara
pulcra del almuerzo se cambio con la ordenanza del cabildo para llegar al
hospicio del puerto sin conflictos con los tribunales afortunadamente estaban
tranquilas a esa hora por unas cuantas damas que se desplazaban por las veredas
dejando un ojo al descubierto Balmes seguía acarreando a las autoridades des
siglos antes a las mujeres se les cedía a las tentaciones del adulterio un
concilio arzobispal amenazo con la excomunión se dividió en bandos Teresa
Hurtado de Mendoza salió a las calles intentaron desterrar la tradición los
funcionarios atacaban los mandatos de ese modo habían llegado a convertirse en
atractivo de la colonia y de comida criolla y su vestido nacional Balmes llego
al hospicio había absorbido siglos de moribundos las covachas repletas parecían
las de un mercado Balmes se reunió con músicos media hora después las novicias
impusieron luego buscaron unos tragos Balmes no los acompaño estuvo deambulando
por los almacenes cuando volvía a la pensión encontró a una mujer misteriosa en
la puerta de la iglesia que le cerró el paso la migración gitana databa de la
misma época cientos de gitanos arribaron al puerto y condenaron a los lideres y
los pocos que sobrevivieron se refugiaron en las defensas subterráneas Balmes
no opuso resistencia hacia los túneles los gitanos Vivian por su desgracia la
mujer le pidió que le mostrara las palmas de su mano la adivinadora se
concentro Balmes reparo en su melena la adivinadora dudo de Balmes cuando
recogía la cornamusa sintió la presencia de la mujer le devolvió la sonrisa termino
recoger el instrumento se despidió de la adivinadora.
LUNES La tierra volvió a sacudirse los pregoneros
nocturnos empezaban su labor los temblores no eran extraños cada vez que se
presentaban uno las campanas de la iglesia empezaban a tocar y la vendedoras
cambiaban sus tinajas por agua serena las imágenes religiosas eran paseadas por
el puerto se cubrían el rostro con ceniza las mujeres vestían elegantes
atuendos el terror crecía se
representaban temblores sucesivos desde entonces estaba prohibido las
construcciones de más de dos pisos la suciedad contribuía al problema la gente
caminaba de las materias se decía que los cielos se cerraban hasta que surgían
plagas Balmes abandono el bodegón porque el temblor de aquella noche no se
asemejaba tomo el largo desvio que llegaba al barrio de la tolerancia volvió a
ver a Ligia María estaba pálida siguió observándola regreso a su guarida cuando
la vio marcharse.
EL FIN de semana la gente que no sintió a la lectura de
las dominicas corrió a los muelles a ver el desembarque de los esclavos, Balmes
aprovecho las calles silenciosas desguarnecidas para visitar la universidad al
pasar los muelles alcanzo ver las velas del barco, entre ellos había un
adolescente cargados de cadenas. Balmes siguió de largo pensando en los
horrores de la esclavitud luego su pensamiento volvió a Ligia María, los
edificios del virreinato estaba iluminado camino unas cuadras pegado a las
alturas murallas de Santiago de Cercado, por un momento tuvo el impulso de
pasear por el portal de botoneros admirando las obras de textileria cada vez
que entraba en ese edificio se sentía libre imaginando su belleza
arquitectónica. En la primera construcción estaba el huerto principal, en el
segundo pabellón se hallaba el estanque, finalmente en la última etapa se
encontraba la residencia de la sociedad docente. Los pasos de Balmes resonaron de los corredores rumbo al
dormitorio Balmes golpeo la puerta para saludar Herminio Bisbal. Estableció en
el virreina fue alumno del esclarecido medico don Francisco y Roldan comenzó
ejerciendo en los monasterios de pobres, sus métodos desarrollados durante el
largo viaje consistían en colorear al enfermo con diferentes tonalidades.
Herminio Bisbal fue invitado a integrarse como investigador en la academia
médica. Tenía pocos amigos sobre todo
los alumnos que le respetaban Baldes toco el heliconio en lugar de la cornamusa
deslumbrando con su virtuosismo el motivo de esa visita era la restitución del
libro Balmes había devorado el último fin de semana Baldes dijo liquidar el tema y lo hizo con
resignada expresión de quien pierde una partida de tablero Balmes espero un
poco caminando con extrema lentitud mientras veía en el agua de la fuente el
vuelo alto de unas aves luego quedo escanciado frente a cientos de libros
supuso que la vedada habitación que surgía ante sus ojos. Balmes lo sostuvo con
una sola mano y lo miro desde todos los ángulos
luego se volvió cegado por el torrente de luz del ventanal.
ERA CONCIENTE de que su existencia literalmente dependía de la
cornamusa embozado bajo la capa había previsto dejarlo tal como se lo pedía. En
el camino el ciego le conto que se llamaba Lizardo Valera insistentemente Lizardo
se obstino en que Baldes conociera su hogar pero el verdadero patrimonio de la
casa estaba en la galería de los instrumentos cuando Baldes entro a conocerla
sostenía el mismo una palmatoria cada instrumento pegado a la pared en el fondo
había algo oculto entre sombras. Al día siguiente se presentó en la casa del
ciego no podía concebirse un hombre más diestro en la música, el anciano le
demostraba las técnicas de ejecución liego se despidieron con una taza de
chocolate Balmes no se conformaba con el horario de clases. Los monjes que eran
los mismos que mendigaban en los mercados se encontró con Baldes luego Baldes
no entendió el comportamiento del anciano. Desde entonces adquirió el habito de
soplar cada tarde la cornamusa así paso varios días memorizando sus versos
luego salió en busca de Ligia María.
SABIA que le encontraría en el puente la insurrección de
su pecho iba en aumento a cada nuevo paso, oculto en su esquina espero a Ligia
maría ella iba sola Baldes la abordo torpemente. Ella siguió mirándolo durante
un rato con la misma expresión con que se mira el océano Balmes le mostro unas
calderillas en la palma de su mano Ligia María había comenzado hablar
incesantemente. Pero Balmes no lograba componer la frases a pesar de sus
esfuerzos Ligia maría fue directamente a transar con el hombre de turbante,
cuando Baldes ingreso a la habitación se encontró perdido en una dimensión pero
Balmes no se movía se mantenía alerta Ligia María lo miraba extraña Balmes
continuo en su lugar se estremeció con la visión provocada. Pero Ligia María se
adelantó hacia el Balmes oía palpitar con violencia las venas de su cuello
Ligia María se apartó de El Balmes acciono de pronto, devolvió el capuchón a su
lugar y abandono la habitación.
DOS
LA NOTICIA tuvo mayor efecto que si hubiese sobrevenido un
naufragio, el barco más de carga que de pasajeros había partido de Venecia
quince días antes, todo buscaban nuevos horizontes en las colonias americanas
dos días después se declaró oficialmente la epidemia y se supo que muchos se
lanzaron al mar tratando de huir. Desesperado el medico del barco agoto todos
los medicamentos disponibles en el dispensario, una semana después en esas
espantosas condiciones el barco alcanzo Veracruz lo único que pudieron hacer por
los enfermos fue abastecerlos con actuarios la travesía fue desde entonces más
angustiosa, una cuadrilla de barchilones y rapabarbas antes de quemar el barco
unos agentes revisaron encontró niños de pocos años un hombre y una mujer, los
pequeños hermanos fueron hospitalizados mientras los tribunales resolvían el
caso. Pronto las oficinas del registro se olvidaron de los niños, amparados en
la sombra los niños aprendieron a depender uno del otro, desde el momento en
que vieron a sus padres se lanzaron por la borda del barco la niña se levantó
con calma vistió a su hermano, doblo sus pocas pertenencias el hombre que
vestía leonas de chicote y capa segoviana. A la niña no se le había visto
llorar hasta ese momento una hora después entraban a una construcción ventilada,
cuando la niña llego las internas del instituto eran veinte. El hombre la llevo
hacia el interior y la entrego a las asistentas, mientras las asistentas
cumplían con sus deberes, era un hombre en verdad diestro en las inversiones
esa mañana se encontraba particularmente contento, por eso después de las
nocturnas cantadas por un clérigo renegado. Lo que no le dijo por supuesto fue
que estas compañías tenían la costumbre de comprar niños de perpetuar su voz
aflautada.
LIGIA MARIA permaneció en el instituto hasta los trece años
desde que se hizo cargo de la escuela las sabanas Ligia María había sido la
preferida de todos contra las severas admoniciones de la época Ligia María
había sido recibida en la biblioteca sus primeras lecturas fueron los libros aprobados
por la censura clerical Ligia María se entusiasmó viendo cerca su libertad. En
cuanto acabo la tarde las esperaban varios hombres encopetados, impacientes que
callaron cuando Ligia María apareció luego dio la orden de quitarse la ropa a
medida que se despojaba de la ropa, mostrando sus hombros saludables Ligia
María tenía cinco años para aprender a conducirse luego el viudo lo hizo pasar
directamente a la alcoba en el instituto bajo los auspicios del antiguo
benefactor Ligio María y el viudo se sentaron
en una barbacana basto una señal del viudo para que los músicos desapareciera,
amanecieron abrazados en una inmensa cama los esclavos que habían suicidados en
la hacienda del viudo Ligia María en la alcoba del señor yacían embriagados en
los cobertizos que también se vistió y llorando abandono la casa da Amparo
Rigores a la hora en que esta paso a recogerla
Es mucho ... v:
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